Blade Runner
Cuando vemos esta película nos sentimos envueltos en su atmósfera, en el color de su luz, en la lluvia sucia que no cesa y en su música. Creó un mundo que ha sido imitado. Una obsesión ser humanos, o vivir eternamente. Una obsesión enamorarse de una máquina a la que queremos como creadores, dioses de ella y a la que hemos perseguido y eliminado. Y dos finales presentados en diferentes montajes un final feliz, bucólico con parajes verdes y sin lluvia. Y un final sin final.